Los trabajadores de Samsung han lanzado una huelga sin precedentes, la primera de su magnitud en la historia de la empresa, reclamando mejoras salariales y condiciones de trabajo más justas. El descontento laboral se ha gestado durante meses, culminando en esta acción colectiva que ha paralizado parcialmente las operaciones en algunos de sus principales centros de producción.

La demanda principal de los trabajadores es un aumento del 6.5% en sus salarios, además de un día adicional de vacaciones para los empleados sindicalizados y una reforma en el sistema de bonificaciones. La respuesta de Samsung a estas demandas podría sentar un precedente importante para la industria tecnológica, especialmente en las áreas de producción de semiconductores y tecnología avanzada.

Los efectos de la huelga ya se están sintiendo, con posibles retrasos en la producción de componentes críticos como los chips de memoria, lo que podría tener repercusiones globales dada la posición de Samsung como uno de los principales proveedores mundiales.