Samsung Electronics está al borde de una huelga histórica programada para el 7 de junio, la primera en su historia, después de que las negociaciones salariales con el sindicato fracasaran. El desacuerdo principal se centra en la propuesta de aumento salarial del 5.1% ofrecida por Samsung, que el sindicato rechaza por considerarla insuficiente frente al promedio nacional del 6.5%. Los trabajadores argumentan que la empresa debe ofrecer mejores incrementos debido a sus sólidos resultados financieros.

El sindicato, que representa aproximadamente el 20% de la fuerza laboral de Samsung en Corea del Sur, ha expresado su frustración por lo que consideran políticas laborales injustas y falta de transparencia en la estructura salarial de la compañía. Este malestar ha culminado en la convocatoria a huelga, subrayando un creciente descontento entre los empleados sobre las condiciones de trabajo y la equidad salarial en uno de los gigantes tecnológicos del mundo.
Este conflicto laboral no solo pone de manifiesto las tensiones internas en Samsung, sino que también podría tener repercusiones significativas en la producción y la imagen global de la compañía. La posibilidad de una huelga en una empresa conocida por su estabilidad laboral señala un posible cambio en las dinámicas laborales dentro de la industria tecnológica surcoreana, potencialmente inspirando a otros trabajadores en el sector a demandar mejoras similares.