El Apple Car, un proyecto de vehículo eléctrico de Apple que nunca llegó a materializarse, fue imaginado como una «mamá van» futurista, más que un competidor directo de marcas establecidas como Tesla o BYD. Según Mark Gurman de Bloomberg, el diseño del Apple Car se inspiró en vehículos como el Canoo Lifestyle Vehicle, destacando por su estética redondeada y características innovadoras como ventanas de tinte variable y un techo corredizo de cristal. Aunque el proyecto fue eventualmente cancelado, la visión de Apple para el automóvil prometía una revolución en el diseño y la funcionalidad, combinando tecnología de punta, un sistema operativo exclusivo, y una suite de servicios integrados.

El interior del Apple Car estaba diseñado para ofrecer una experiencia de lujo y confort, con asientos versátiles que podían alternar entre sillas convencionales y sillones reclinables, y una gran pantalla de televisión en el centro para entretenimiento y videollamadas. Este enfoque en la comodidad y la tecnología reflejaba la intención de Apple de crear un vehículo que no solo transportara, sino que también entretuviera y sirviera como una extensión del ecosistema de Apple. A pesar de los desafíos y la eventual suspensión del proyecto, el Apple Car representaba un ambicioso intento de redefinir la movilidad personal con un enfoque en la innovación y la integración de servicios.

La cancelación del Apple Car, aunque decepcionante, subraya las complejidades de ingresar al mercado automotriz y los desafíos de innovar en un sector tan competitivo. Aunque el vehículo de Apple nunca llegó a las carreteras, su concepto sigue siendo un testimonio de la audacia de la empresa en explorar nuevos horizontes. La visión del Apple Car, con su diseño único y enfoque en la experiencia del usuario, permanece como un recordatorio de lo que podría haber sido una revolución en el transporte personal.